miércoles, 5 de noviembre de 2008

Picasso: Periodo Africano

"Art négre, connais pas", respondía Picaso a una pregunta de la revista Action en 1920. Durante el Período Africano de Picasso, también conocido como Período Negro o Período Oscuro, que duró de 1907 a 1909, su estilo se vio fuertemente influenciado por la escultura africana, aunque el artista pretendió siempre lo contrario.[5] Durante este tiempo, el imperio colonial francés fue expandiéndose por África, y los museos de París se llenaron de los artefactos que los franceses traían de vuelta de África. La prensa se hacía eco con exageradas historias de canibalismo y exóticos cuentos sobre el reino africano de Dahomey. También se hablaba del maltrato de los africanos en el Congo belga con el popular libro El corazón de las tinieblas (1899) de Joseph Conrad. Es natural, por lo tanto, que este clima de interés por África sirviese de inspiración para algunos de sus trabajos. El interés de Picasso fue quizás provocado por Henri Matisse, quien le mostró una máscara de la región africana de Dan. Los estudiosos sostienen que Matisse compró esta pieza en la tienda de artefactos no-occidentales de Emile Heymenn en París.

Animado por André Derain, Picasso visita en 1907 el Museo de Etnografía en el Palacio de Trocadero de Paris. Este fue su primer contacto con un amplio número de piezas africanas y oceánicas, que los artistas del momento comenzaban a coleccionar. El descubrimiento del arte no-occidental dio lugar a una de las obras más emblemáticas del pintor, Las señoritas de Aviñón (1907), y también ejerció una considerable influencia por ejemplo sobre su trabajo escultórico.[6] Dos de los rostros, los de aspecto más "cubista" de los cinco, asemejan máscaras africanas, mientras los dos centrales son más afines a las caras de los frescos medievales y las primitivas esculturas ibéricas, y el rostro de la izquierda presenta un perfil que recuerda las pinturas egipcias.

Este cuadro imprimió un nuevo punto de partida donde Picasso eliminó todo lo sublime de la tradición rompiendo con el Realismo, los cánones de profundidad espacial y perspectiva, así como el ideal hasta entonces existente del cuerpo femenino, reduciendo toda la obra a un conjunto de planos angulares sin fondo ni perspectiva espacial, en el que las formas están marcadas por líneas claro-oscuras. Los tonos ocre-rojizos son característicos de su más amable época rosa, pero la crudeza del cuadro los convierte en agresivos.

Después pintar Las señoritas de Aviñón, Picasso comenzó a pintar en un estilo influenciado por las dos figuras en la parte derecha de la pintura, basadas en el arte africano. A pesar de que el cuadro se considera la primera obra cubista, antes de comenzar la fase cubista de su pintura Picasso pasó unos años explorando el arte africano.

El cuadro está también influenciado por las figuras alargadas de El Greco, quizás con una influencia particular de su Visión del Apocalipsis; su estructura y composición deriva de Las grandes bañistas de Cézanne. La pintura de Cézanne hace de los objetos una presencia real, con especial énfasis en los volúmenes y el peso de los mismos, sin perderse en la palpitación atmosférica impresionista. Su retrospectiva en el Salón de Otoño de 1907 determinó la evolución ulterior de Picasso

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